Cierre de campaña de Diálogo por la Ciudad

A cuatro días de las elecciones legislativas Miguel Bonasso, María Elena Naddeo, Raúl Puy y Aníbal Ibarra reafirman sus propuestas






Miércoles 24 de junio, cae el sol en Buenos Aires, la zona del Microcentro porteño tiembla de frío, en la calle Bernardo de Irigoyen al 180, en la puerta del Club Español, hay gente que espera, se bajaron de los micros escolares, de color naranja al igual que los afiches de campaña de Diálogo por la Ciudad recientemente pegados en toda la cuadra del mencionado club, que está iluminado, brilla y aguarda la entrada de los militantes.

Son las 18 y en la vereda se van agrupando los ibarristas. A un grupo pequeño con carteles y banderas un vecino que pasa le pregunta: “¿ustedes están con Ibarra?”, y ante el gesto afirmativo de algunos integrantes del grupo el hombre agrega: “Cómo lo sacaron del gobierno, es increíble la jugarreta que le hicieron”.

Es un acto de cierre de campaña atípico, no se ve el tradicional chori y coca que caracterizan este tipo de acontecimientos. Se ven grupos dispersos, no se nota una unión de militancia fuerte. En la otra parte de la vereda, más cerca a los micros, un grupo espera, están silenciosos, inmutables, parecen no saber muy bien qué hacen ahí. Y, más cerca de la entrada del club, un grupo de sordomudos no para de hacerse señas, van y vienen, se ríen entre ellos. El contenido de sus conversaciones es una incógnita muy codiciada para todos los presentes.

A las 18 y 30 se comienza a formar la fila para asistir al ansiado acto de cierre de campaña de Aníbal Ibarra a las 19. La alfombra roja invita a entrar al Club Español, es un lugar con presencia, su decorado simula oro, tiene murales típicos de España y arañas en los techos. En el salón suenan los Fabulosos Cadillacs, en el fondo hay una bandera de la “Asociación Mutual Creación Alternativa de Trabajo de feriantes de parques y paseos públicos de la República Argentina”. El grupo de sordomudos se ubica en la fila derecha, donde una joven los organiza y, ella será quien luego, desde la izquierda del escenario, se encargará de traducir los discursos de los oradores.

Las dos primeras filas están reservadas para la prensa, pero no hay quien llene las butacas. Sólo han llegado un par de fotógrafos con sus Nikon D300, una joven con un grabador pequeño y cara de aburrida, sobresalen las ausencias. A la izquierda del escenario una mujer embarazada parece leer nerviosamente un discurso y practicarlo para sus adentros.

Una oleada de gente termina de llenar la sala a las 18 y 50 y, luego de probar con el rock nacional, el musicalizador se arriesga a poner cuarteto, en la voz de Rodrigo. A las 19 se percibe como inminente el inicio del acto, la gente se impacienta. Juan Carlos, jefe del centro de participación de Villa Urquiza, reparte papelitos para tirar ante la salida al escenario de los candidatos. Se percibe un clima expectante, todos miran hacia adelante y ya casi no hablan entre sí, hay mucha gente parada y la única cámara que hay se posiciona para filmar, todo parece listo.
En la tercera fila una mujer nerviosa y agotada confiesa a su compañera de asiento: “Quiero que ya pase el domingo porque ya no lo disfruto” y, agrega más tarde: “¿Viste el maquillaje que se puso Daniela?” (haciendo referencia a la secretaria personal de Aníbal Ibarra), y su compañera le responde: “No es el maquillaje… está pálida porque estamos todos muy cansados”.

La locutora embarazada da inicio al acto a las 19 y 15 nombrando a los candidatos a medida que hacen su aparición en un escenario poblado de sillas rojas, con un cartel en el fondo color naranja con el eslogan “En defensa de lo público”. Lluvia de papelitos y aplausos reciben a los candidatos, quienes aparecen triunfalmente con las manos en alto.

El primero en tomar la palabra es el Jefe de Campaña Miguel Bonasso, que abre su discurso con una metáfora emotiva: “Hemos llegado aquí contra viento y marea…”. Luego describe las particularidades de la candidatura de Ibarra para estas elecciones: “Una campaña sin recursos, en un país donde los negocios y la política suelen estar perversamente entretejidos es de por sí un mérito”.

Cada vez que se pronuncia el nombre de Aníbal Ibarra brotan los aplausos eufóricos desde el público presente. Durante todo el discurso florecen las críticas al Gobierno Nacional y por sobre todo, al actual Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri. Bonasso dice en versito: “Es una ciudad atendida por sus dueños, donde esta lumpen burguesía argentina hizo su plata con la basura y con la dictadura”. Los espectadores repudian con chiflidos a Macri y el Jefe de Campaña los alienta.

Otro de los puntos de referencia gira en torno a la falta de cobertura mediática del partido y el -según ellos- inmoral manejo de las encuestas. Luego de hacer hincapié en su propuesta para la conservación de los recursos naturales, Bonasso cierra su disertación con un alentador y esperanzador “¡Vamos a ganar!”.

La locutora anuncia algunas de las propuestas de Diálogo por la Ciudad y recuerda que en los dos años de gestión de Ibarra se realizaron 11 kilómetros de líneas de subterráneo, mientras que en la de Macri cero.

Es el turno de la ex diputada María Elena Naddeo, quien encabeza la lista de legisladores a la ciudad de Buenos Aires. Haciendo alusión a su profesión como docente, defiende ante todo la educación pública y, también, a los sectores discriminados por la sociedad. Su discurso se basa en una comparación con la anterior gestión de Ibarra y continuamente reafirma “somos los mismos”. Tampoco olvida las comparaciones con el gobierno de Macri, destaca que se trata de un enfrentamiento entre una gestión progresista –la de Aníbal Ibarra- y una gestión al servicio de los poderosos –la de Mauricio Macri-. Luego afirma: “Es un retroceso cotidiano que detectamos permanentemente, en cada área que tenga que ver con los derechos sociales, económicos y culturales más importantes golpeadas por el gobierno de Macri y Michetti”. Respecto a los sectores de oposición al gobierno, Naddeo distingue entre “los que transan y los que no con las políticas del Estado…”, siendo Diálogo por la Ciudad claro exponente del “no transar”. En relación a la ausencia del mencionado partido en los medios de comunicación, la docente afirma: “Buscaron corrernos del centro de las discusiones porque decimos cosas que nadie quiere escuchar, porque somos molestos, pero no vamos a aflojar tan fácilmente”. Finaliza su discurso remarcando que este partido es el único que le ganó a la derecha dos veces en la ciudad de Buenos Aires. Abandona el micrófono con fuertes aplausos.

El tiempo apremia, tras el largo discurso de Naddeo se hacen las 20 y poco es el tiempo que le queda a la próxima intervención, la del candidato Raúl Puy -si se tiene en cuenta que aún falta escuchar al protagonista de la noche, Aníbal Ibarra-. Puy, perteneciente al Socialismo, justifica las razones de la unión con el frente de Ibarra, y aclara: “El verdadero Socialismo: histórico, tradicional, que no baja las banderas, que no se quiere acomodar en una situación que lo pueda beneficiar circunstancialmente, esta acá”. Luego hace alusión a las dos o tres banderas rojas que se agitan en el fondo y a la importancia del rol de los militantes. Su breve alocución termina con la narración de una anécdota de la visita de Lula a la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuando perdió con Cardozo por segunda vez. Lula dijo en aquella oportunidad: “Es preferible llorar por haber perdido que no haber dado la lucha”. Esta frase suena a pre-consuelo ante las elecciones legislativas del próximo domingo.

Finalmente llega el momento más esperado, cuando toma la palabra el ex Jefe de Gobierno y candidato a diputado Aníbal Ibarra. Su consigna es clara, defender lo público frente a un gobierno actual privatista. Las críticas a Mauricio Macri sobraron, comenta de sus bailes y cantos por televisión, de la ausencia en el Senado durante sus dos años como diputado, de sus viajes a Europa y de sus políticas en contra de la educación y salud públicas. Además de las críticas, remarca su propia gestión cuando estuvo a cargo de la ciudad, y recalca: “Tenemos la obligación de mostrar lo que hicimos para poder sostener lo que estamos proponiendo”. En este sentido, se remonta al año 2002, cuando se vino abajo la Argentina y él, como Jefe de Gobierno, amplió el presupuesto para educación, sostuvo al respecto: “Fue el presupuesto más alto en educación en la última década. Se cayeron todas las demás áreas, pero desarrollo social, educación y salud estuvieron arriba”. Sin embargo, según él, los medios estaban en su contra en aquella oportunidad, ya que sólo, según sus palabras, “hacían hincapié en los baches que no se arreglaban y sólo nos preguntaban por lo visible, por si alguien agarraba un bache por la calle”.

El cierre del esperado discurso da su toque final remarcando la falta de recursos con la que se llevó a cabo la campaña en un escenario político donde todo pasa por la publicidad y los medios de comunicación y, destaca: “Sin recursos pero con muchas ganas y mucha voluntad, con nuestra historia y nuestro compromiso hacia delante” y, de modo similar al cierre de Bonasso, termina con un enfático “¡Vamos a entrar!”, que se pierde entre los aplausos finales del público y el tema “Algo contigo” interpretado por Vicentico.

Una vez finalizado el acto, entre llamados de radios y cámaras televisivas, el candidato responde las preguntas de estos cronistas. Al interrogarlo por la sensación que le deja el cierre de campaña y por las expectativas para el domingo, responde: “A pesar de todo, estamos muy conformes con la campaña y muy seguros de que vamos a entrar al Congreso y vamos a ampliar nuestra presencia en la Legislatura”.


Por Lucia Kaplun, Cecilia Sabatino Arias, Maia Vargas, Leonardo Figlioli y Andrés Correa